Cuando se está buscando tener un bebé, el camino puede ser desafiante y lleno de altibajos tanto emocionales como físicos. Para las mujeres que padecen adenomiosis o cualquier otro padecimiento de infertilidad similar, el proceso puede ser aún más difícil.
Pero hay esperanza, como lo demuestra la historia de Eridani, una verdadera guerrera que venció la adversidad y logró concebir a través de la tecnología y la ciencia de los métodos de Reproducción Asistida.
Aquí conocerás su inspirador testimonio de perseverancia, fe y amor inquebrantable hacia sus bebés. Su historia es una prueba viviente de que, con el apoyo adecuado y la determinación inquebrantable, cualquier sueño es posible.
“Recuerdo que una vez le dije a Enrique, mi esposo: ‘si quieres busca a alguien, el problema soy yo’, fue muy duro.
Y es que antes mi vida era trabajo, trabajo, trabajo… hasta que me casé, y en ese momento se despertó en mí esa cosquillita de ‘quiero ser mamá, quiero tener hijos’. Mi vida dio un giro y se volvió lo más importante.
Fueron casi 3 años los que intenté embarazarme y durante ese tiempo todo fue un cúmulo de sentimientos, me sentía agobiada y triste, fueron años estresantes. A la primera clínica que acudimos nos dijeron que iba a ser imposible lograrlo en México, que viajemos a Estados Unidos.
Decidí no rendirme y con el apoyo incondicional de Enrique, viajamos a Nueva York y allí tampoco lo logramos. Regresamos a México y unos amigos que estaban en tratamiento, nos platicaron sobre el instituto; así fue que decidimos intentarlo por una última vez.
Esa primera visita con el doctor me dio tanta confianza, resolvieron todas mis dudas y me dieron un diagnóstico: endometriosis, adenomiosis y mala calidad ovocitaria.
Fue un shock emocional, porque damos por hecho que todas las mujeres podemos ser madres a la primera, y eso no es así. Hablé con mi mamá y hermana, que fueron un apoyo importante en este proceso.
También pasó que, aunque parezca un cliché, cambiamos el ‘chip mental’ y con la confianza que nos dieron en el instituto, todo fluyó y fue más fácil.
Cuando el teléfono sonó y del otro lado escuché: ‘Eri, felicidades, vas a ser mamá’ pegué un grito… ¡Al fin, 3 años después, todo valió la pena!.
En el primer ultrasonido, sólo escuchamos el corazón de una bebé, y me informaron que había otra ‘bolsita’, pero no se oía ningún latido, así que nos dijeron que era normal y que se iba a deshacer, 10 días después, esa ‘bolsita’ latía y ahí escuché a mi otra bebé.
Éramos 3 corazones latiendo al mismo tiempo. Cuando finalmente llegó el día en que tuve a mis niñas en mis brazos, sólo pensé mientras las miraba a los ojos: ¡Qué bueno que nunca me rendí!
Gracias a ellas, por haberme elegido como su mamá, y gracias a mi marido, por nunca soltarme de la mano y acompañarme en este increíble viaje.”
Los padecimientos que propician la infertilidad, como la adenomiosis, no son ningún impedimento para ser mamá. Recuerda que hoy en día hay una amplia variedad de soluciones que brindan altas probabilidades para ayudarte a cumplir tu sueño de ser madre, como la Fertilización In Vitro que ayudó a Eridani.
¡Cuéntanos tu historia aquí y te ayudaremos a lograrlo!