Nuestra historia comenzó hace algunos años, cuando decidimos buscar ayuda para cumplir nuestro sueño de ser padres. Yo ya tenía dos hijas mayores, pero debido a una esterilización, no podía concebir de manera natural. Durante mucho tiempo intentamos en diferentes lugares, pero siempre nos encontrábamos con frustración, costos elevados y la falta de información adecuada. Hubo momentos en los que perdimos la esperanza, pero el deseo de tener un bebé nunca se apagó.
Supimos de Ingenes gracias a una amiga que nos recomendó su profesionalismo.
Al principio, mi esposo no estaba completamente convencido, pero decidimos intentarlo una vez más. Desde nuestra primera cita, la diferencia fue evidente: nos hicieron pruebas completas, identificaron que mi esposo tenía un problema de esperma y nos ofrecieron opciones claras y personalizadas. Fue un cambio total después de haber pasado por otros lugares donde apenas nos daban explicaciones.
Optamos por un paquete de cuatro intentos. Aunque los primeros dos no resultaron, cada pérdida nos llenaba de dolor, pero también de determinación. El equipo de Ingenes siempre estuvo ahí, apoyándonos emocionalmente y buscando soluciones. Nos sentíamos respaldados, como si nuestra historia también fuera su misión. Al tercer intento, implantaron tres embriones, de los cuales dos se desarrollaron: nuestras gemelas.
El embarazo fue una experiencia hermosa, aunque no estuvo exento de retos. En el último mes, desarrollé preeclampsia y fue necesario adelantar el parto. A pesar de todo, nuestras niñas nacieron sanas, llenando nuestras vidas de una alegría indescriptible. Ahora, con ellas aquí, nuestras vidas han cambiado por completo. Cada día es una bendición, y no hay nada que no haríamos por ellas.
Mirando atrás, solo deseamos haber llegado a Ingenes desde el principio. Pero sabemos que cada paso en este camino nos preparó para valorar aún más lo que tenemos ahora. Para todas las parejas que enfrentan dificultades similares, nuestro consejo es claro: no se rindan. Luchen por su sueño, busquen ayuda en el lugar indicado y confíen en que todo es posible con fe, perseverancia y el equipo adecuado. Para nosotros, Ingenes fue ese lugar.
Hoy vivimos con el corazón lleno, disfrutando cada momento con nuestras niñas. Nuestro hogar ya no está vacío; está lleno de risas, amor y esperanza. Y por eso, siempre recomendaremos Ingenes con todo nuestro corazón.