Helen recuerda el momento en que su vida tomó un giro inesperado. A los 33 años, después de enfrentarse a años de desafíos de salud como la endometriosis, la pérdida de un ovario y múltiples operaciones por quistes, la vida de Helen parecía alejarse cada vez más de su sueño de ser madre. "Cuando eres joven, no piensas en las consecuencias futuras de estos problemas de salud", comparte. "Pero cuando decidí formar una familia, la realidad me golpeó con fuerza".
Después de años de tratamientos infructuosos y visitas a numerosos ginecólogos, la esperanza de Helen se desvanecía. La carga emocional de no poder concebir pesaba sobre ella, afectando profundamente su bienestar y sus relaciones. "Todo lo que veía me recordaba lo que no podía tener. Lloraba a todas horas, sentía que me había rendido". Esta lucha no solo desgastó a Helen emocionalmente sino que también llevó al colapso de su matrimonio.
Fue entonces cuando, en medio de la desesperación, la madre de Helen le habló de Ingenes. "Nunca olvidaré ese momento. Fue cuando me di cuenta de que mi problema no era único y que había esperanza". En Ingenes, Helen fue diagnosticada con ovarios poliquísticos, un nuevo giro en su ya compleja historia médica. Sin embargo, esta vez, se sintió apoyada y comprendida. "Los doctores fueron increíbles. No solo me trataron; se conectaron conmigo en un nivel muy personal".
El apoyo y tratamiento personalizado en Ingenes llevaron a Helen a un momento que cambiaría su vida para siempre: el descubrimiento de su embarazo. "Fue como recibir el mejor regalo imaginable. No había nada que se comparara con la alegría de saber que iba a ser madre".
Pero la sorpresa fue aún mayor cuando Helen se enteró de que no solo tendría un bebé, sino dos. "Hanna y Haén llegaron a mi vida como un milagro doble, escogiéndome como su madre". Este acontecimiento no solo le dio a Helen la familia que tanto había anhelado sino que también le brindó la oportunidad de celebrar algo muy especial: la conexión única que solo los hermanos pueden compartir.
En el Día Nacional de los Hermanos, Helen reflexiona sobre el significado de tener gemelos y la alegría que Hanna y Haén traen a su vida. "Verlos juntos, experimentando la vida lado a lado, me llena de una felicidad indescriptible. Son un recordatorio constante de que, a pesar de los desafíos, la esperanza nunca debe perderse".
La historia de Helen es un testimonio de la perseverancia, la fe y el poder de la ciencia médica que ayuda a transformar el sueño de la maternidad en una realidad. En Ingenes, encontró no solo la solución a sus problemas de fertilidad sino también una comunidad que la acompañó en su viaje hacia la búsqueda de sus bebés.
Hoy, Helen mira hacia el futuro con optimismo, abrazando cada momento con Hanna y Haén. "Ellos me escogieron a mí, y yo encontré el camino correcto para llegar a ellos", dice con una sonrisa. "Ahora sé que los milagros vienen por partida doble".