Cuando estás buscando un embarazo con FIV (Fertilización In Vitro), las probabilidades de lograr a tu bebé pueden incrementarse hasta 96% mediante un programa multiciclo con 4 fertilizaciones. Tal fue el caso de Leslie quien, aún teniendo un diagnóstico de endometriosis, pudo dar a luz a su pequeña Martina en su último ciclo.
Conoce su historia aquí y, si tú también estás en búsqueda de tu bebé, ¡no te des por vencida todavía! La ciencia de la salud reproductiva ha tenido grandes avances, y cuentas con múltiples opciones de tratamientos de Reproducción Asistida para ayudarte a concretar tu sueño de ser mamá, y ese siguiente intento, podría ser el que te lleve hasta tu bebé.
“Algo en mi corazón me decía que debía seguir, que debía intentarlo de nuevo, que debía hacer un último esfuerzo por darlo todo, dar hasta el último aliento. Cuando intentas un embarazo con FIV, después de haber hecho de todo para convertirte en mamá, estás al límite, tu cuerpo, tus emociones, todo, es una prueba de vida.
Hoy que estoy de este lado, ahora que puedo verla y decirle a mi nena cuánto la espere y cuánto la amamos, sé que ella vale todo eso, ella lo vale todo, ¡lo haría todo de nuevo por ti Martina!
Mi esposo y yo intentamos tener un bebé por 3 años, y al ver que no podíamos, decidimos buscar ayuda. Yo tenía endometriosis, y eso complicaba que su esperma llegara a mi óvulo, sin embargo, aquí los especialistas en fertilidad nos explicaron las posibilidades, las opciones de tratamiento y que, en nuestro caso, la mejor alternativa para lograr a nuestro bebé, era un programa con 4 ciclos In Vitro.
Empezamos con la preparación y todo lo necesario para hacer el tratamiento pero, nada sucedía, medicamentos, inyecciones, visitas y no funcionaba, así pasó nuestro primer ciclo de FIV, luego el segundo, luego el tercer ciclo, intento tras intento y yo, solo sentía que todo se iba alargando cada vez más, hubo un momento en que pensé que, simplemente no estaba hecha para ser mamá.
Todos mis FIV fueron diferentes, cuando no funcionaba, me revisaban a mí, los óvulos que me habían extraído, a los espermas de mi esposo, a los embrioncitos, la forma en que ellos hacían las cosas, hasta nos preguntaban cómo colocábamos las inyecciones, revisábamos todo y después cambiábamos algo.
Cada ciclo me explicaban lo que pasaba, cómo es que mi cuerpo iba reaccionando, me hicieron ajustes en los medicamentos, probamos diferentes cosas y cada intento era diferente, que si ahora lo hacemos así, que si ahora te ponemos esto...
Teníamos a nuestro doctor especialista en fertilidad, pero diferentes médicos se reunían para revisar todo, porque hay profesionales diferentes, expertos en cada cosa, alguien encargado solo de controlar todo con tus embriones, aparte alguien para revisar los espermas, analizaban todo y cada ciclo nuevo parecía un examen.
Me explicaron que tenían que controlar absolutamente todo, que debían saber hasta lo más mínimo, para entender cómo iba reaccionando mi cuerpo durante todo el ciclo, luego nos decían qué intentaríamos en el siguiente y paso a paso lo que debíamos hacer.
Yo sabía que, al tener más de un intento de embarazo con FIV, la posibilidad de que no funcione, por pequeña que sea, ahí está, una lo sabe, siempre está ahí pero... cada día que pasa se vuelve más difícil, es como si se te fuera agotando la pila, poquito a poquito.
Y así nos pasamos un tiempo, yo creo que, como un año en eso, y tal vez pueda parecer poco pero; cuando estás en este camino, cada segundo se vuelve tan preciado, más con nosotras las mujeres, sientes que vas contrarreloj. Después del año logramos tener una prueba de embarazo positiva… pero no resultó.
A los 3 meses de saber que estaba embarazada tuve un legrado. No hay palabras para describir lo horrible que es eso, simplemente no hay, no existen. Y es que, tú sabes que eso puede llegar a pasar, de alguna forma estás preparada, pero nunca deja de ser igual de difícil, haber perdido a una personita es quizás lo peor que he sentido en toda mi vida.
Aquí es cuando llegas a un punto crucial, yo estaba tan agotada después de pasar esos intentos de embarazo con FIV sin resultado, estaba molesta y muy triste; pero tienes que seguir, tienes que hacerlo sin importar nada, no sé cómo pero lo tienes que hacer. Y lo hice, lo haces porque sabes que vale totalmente la pena y siempre teniendo presente tu objetivo. Debía seguir, algo me decía que no tenía que rendirme, debía intentarlo hasta el último ciclo.
Llegamos a un último proceso, una última vez y, sinceramente, ya no tenía nada que perder, lo había dejado todo en esto... y en esa última, ¡se dio! Estaba embarazada otra vez y, por supuesto que estaba invadida de miedo, tenía mucho temor, sentía tanta incertidumbre, ¿qué pasa si lo pierdo de nuevo? Pero puse todo de mi parte para que saliera bien, lo hice todo una vez más, ¡y lo logré!
Esperamos hasta después de que tenía 3 meses para darle nuestra gran noticia a toda la familia, esperamos porque queríamos sentirnos seguros, antes nos habíamos emocionado tanto que lo contamos a todos, y pasó lo peor, pero supe que ya lo habíamos logrado cuando por fin la vi en mi ultrasonido, cuando pude por fin escuchar latir su corazón, ¡estaba aquí y era mi niña!
Me embaracé durante la pandemia, y por eso creo que nada es tan malo, todas las experiencias que vivimos a diario tienen un lado bueno, yo tuve el privilegio de poder hacer mi trabajo desde casa, y eso sirvió para tener más y muchos mejores cuidados, para poder estar con ella y dedicarme a su bienestar desde esos 9 meses que fuimos una sola.
Tuve un embarazo muy tranquilo, iba a las consultas cada mes para ver que todo fuera bien, y fue maravilloso poder ver cómo iba creciendo, un día veíamos sus piecitos, otro las manitas, su cabecita... Ver todo el proceso y sentir cómo tu bebé se va desarrollando dentro de ti, nada en el mundo se compara con esa sensación tan cálida, tan hermosa, tan tuya, el vínculo que comienzas a crear así es algo único.
El día que Martina nació sentí una emoción tan intensa, no dejaba de pensar: ‘¡Por fin lo logré! Por fin está aquí’. Mi esposo y yo estábamos muy felices, ¡nuestra felicidad no cabía en el hospital!
Ser mamá es una experiencia que imaginé pero, lo que pensaba no se acerca jamás a lo realmente increíble que es esto, ¡es padrísimo ser mamá! Vivir tu maternidad es único y hermoso, puede llegar a ser cansado, sí, pero vale mucho la pena. ¡No se den por vencidas! No dejen escapar nunca su sueño, busquen las alternativas de Reproducción Asistida que hay, luchen, háganlo todo, lleguen a ese último intento de embarazo con FIV y no se rindan.
Mi niña es la más deseada y esperada del mundo; no fue fácil, pero yo sabía que debía seguir, intentarlo para que llegara con nosotros, y hoy puedo decir: 'Lo haría todo de nuevo por ti, mi amor, Martina, porque tú eres lo mejor que me ha pasado en esta vida".
Si te sientes identificada con esta historia, si también has pasado un intento de embarazo con FIV, dos o incluso más en cualquier clínica, queremos decirte que aún existen alternativas, y que prácticamente todas las mujeres que desean ser madres pueden lograrlo, pero es importante que acudas con especialistas en reproducción, que puedan detectar precisamente cuál es la situación que te lo ha estado impidiendo.
En Ingenes, contamos con un Programa Inicial para todas las mujeres que están completamente seguras de querer vivir su maternidad y están dispuestas a hacer todo para lograrlo.
Una evaluación que se enfoca en identificar aquello que está obstaculizando tu sueño; y trazar un plan de tratamiento personalizado para que tengas a tu bebé, llevado a cabo por un equipo multidisciplinario de embriólogos, andrólogos, médicos ginecólogos con subespecialidad en Biología de la Reproducción y psicoterapeutas, entre otros.
Acércate con nosotros y agenda tu Programa Inicial, permítenos ayudarte a llevar a tu bebé a casa.