Dentro de las páginas del libro “Amor In Vitro: Un milagro de la ciencia”, la autora escribe y dedica una carta hacia el donante que cambió su vida. Con palabras sinceras y emotivas, este escrito nos lleva por un viaje de agradecimiento y reflexión, así como de anhelos en el mundo donde la ciencia y el amor se cruzan para lograr cumplir el sueño de Claudia Cervantes.
Para el hombre más generoso de mi vida, despué de mi padre que me engendró; quien sin darme un bien material, me regaló el más grande bien espiritual, su semilla masculina para que yo pudiera convertirme en madre:
Gracias infinitas por tu acto de amor a ciegas, no sabías que yo sería la destinada afortunada, hiciste lo que San Mateo dijo en el capítulo 6, versículo 3 del Evangelio: “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha.” Jamás vendrás a pedirme que te compense, tampoco me exigiste nada a cambio, ni exhibiste tu acción en redes sociales. Que Dios te bendiga a ti y a tu familia, el linaje del que mi bebé es miembro, aunque nunca vayan a conocerse, ni convivir.
Pedí permiso para que llegara Santiago energéticamente en una terapia de constelaciones familiares porque lleva tu genes e historias del pasado que son reconfiguradas con el entorno de amor en el que crece nuestro hijo.
No sé quién eres, solamente que tus ancestros son de un lugar en donde bailan tango, el tipo de sangre que tienes, el color de tus ojos y de tu cabello quebrado, tu estatura y peso, de profesión abogado. Un retrato hablado de un joven apuesto, delgado, de piel blanca, que si yo hubiera tenido menos edad me hubiera gustado tratar. Confié en la experiencia del doctor, quien me garantizó que eres una persona sana, inteligente y con calidad humana. En el rostro de mi Santi veo galanura, ternura y felicidad, desconozco si se parece a ti, no sacó tus ojos verdes grises, los tiene marrón con gris oscuro y su mirada es transparente.
Si llegáramos a coincidir físicamente contigo quizá te reconoceríamos, o quizás no, pero estoy segura de que te sentirías orgulloso por haber tomado la decisión de ser un donador de vida y ayudar a que Santiago exista, porque es un ser lleno de luz. Estoy segura de que tiene una misión importante en el mundo y de que en el futuro llegara a bucarte sería para darte las gracias por su progenitor, aunque por ley no hayan tenido la oportunidad de descubrirse uno al otro, ni de que pudiera decirte papá conociendo tu rostro, sino adivinarlo a través del espejo.
La ciencia permitió que fuéramos familia de esta manera. Lo más seguro es que tú formes una familia tras casarte o no, con una mujer que elijas y tengas más hijos de manera tradicional o también por medio de la donación de tus células. Te deseo que seas dichoso, que seas un padre responsable y amoroso, que aunque no sepas de nosotros más que en algún sueño, sepas que te amamos. Tu obligación no es buscarnos, tu buena voluntad terminó al entregar tu muestra en el laboratorio después de hacerte muchos estudios para saber que eras un candidato apto, lo que sucediera después sería obra del destino, un milagro del universo.
Si algún día necesitas algo que enriquezca tu alma, espero encuentres a alguien que, de igual manera desinteresada, te ayude a transformar tu vida para bien, como tú has transformado la mía. Gracias a personas como tú, hay personas como yo, que decidimos transitar el camino del amor incondicional con maestría.
Claudia Cervantes
Cervantes,C,[2022],Amor In Vitro,CDMX, México, Penguin Random House Grupo Editorial.
Esta carta demuestra que el amor va más allá de la genética. En Ingenes, estamos aquí para ayudarte a cumplir tu sueño de ser mamá, con tratamientos avanzados y apoyo en cada proceso. Si deseas obtener tu propia copia del libro de Claudia Cervantes, haz clic en este enlace.