La clamidia es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de ser tan común es poco conocida, debido a que muchas personas que viven con ella no suelen presentar síntomas. Un padecimiento que, incluso sin mostrar signos, puede provocar problemas para concebir y tener un bebé.
Esta enfermedad es 3 veces más común en las mujeres que en los hombres. Según estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud, más de 128 millones de personas en todo el mundo viven con Clamidia, afectando mucho más al sector femenino.
Actualmente, la única forma de prevenir esta enfermedad es a través del uso de preservativo. Sin embargo, recientemente, un grupo de científicos realizó un importante progreso para diseñar la primera vacuna contra la Clamidia.
El hallazgo del antígeno BD584 podría servir como alternativa para la prevención de esta enfermedad. Según el estudio publicado en la revista médica The Lancet Infectious Diseases, se demostró que la vacuna desarrollada por científicos británicos y daneses es segura.
"Nuestras pruebas iniciales muestran que el antígeno evita que la bacteria penetre en las células del cuerpo. Esto significa que nos hemos acercado mucho más a una posible vacuna contra la clamidia".
Extracto obtenido de: "Safety and immunogenicity of the chlamydia vaccine candidate CTH522 adjuvanted with CAF01 liposomes or aluminium hydroxide: a first-in-human, randomised, double-blind, placebo-controlled, phase 1 trial"
Este es el primer ensayo clínico para una vacuna contra la clamidia y representa el último desarrollo en 15 años de investigación, según la revista.
"El siguiente paso es llevar la vacuna a otras pruebas, pero hasta que eso se haga, no sabremos si es realmente efectiva o no", afirma el comunicado sobre la investigación en la revista Imperial College.
Profesor Robin Shattock - Director de Infecciones Mucosas e Inmunidad del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College of London.
A esta enfermedad se le conoce como la enfermedad silenciosa. El 75% de las mujeres infectadas con esta bacteria no presentan síntomas.
La Clamidia se transmite durante las relaciones sexuales vaginales o anales sin protección. También puede hallarse en la garganta de mujeres y hombres que han tenido sexo oral con una pareja infectada.
Cualquier persona sexualmente activa puede infectarse con Clamidia. Sin embargo, el riesgo de infección incrementa al tener un mayor número de parejas sexuales.
En caso de haber síntomas, estos podrían aparecer entre una y tres semanas después del contagio de las siguiente forma:
Es importante señalar que la Clamidia también puede transmitirse de madre a hijo durante el parto, y es por esto que las mujeres que han tenido esta infección pueden optar por una cesárea.
Al no ser tratada, la Clamidia puede provocar una enfermedad inflamatoria pélvica, la posibilidad de presentar problemas de infertilidad e incluso embarazos ectópicos (embarazos fuera del útero).
Las mujeres infectadas con Clamidia deben abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que, junto con su pareja, hayan sido tratadas.
De lo contrario, sufren un alto riesgo de volverse a infectar y experimentar complicaciones serias en su salud reproductiva. Para asegurarse de que el tratamiento de Clamidia haya sido efectivo, se recomienda hacer un control posterior con médicos especialistas en salud reproductiva.
En caso de que los órganos reproductivos estén dañados (principalmente las trompas de Falopio), la Fecundación In Vitro (FIV) es el tratamiento de Reproducción Asistida que, actualmente, brinda las mayores probabilidades para lograr un bebé.
Gracias a la Fecundación In Vitro, se pueden extraer los óvulos, fecundarlos y colocar los embriones con mayor poder de implantación en la cavidad uterina.
Esto a pesar del deterioro provocado por la bacteria Chlamydia Trachomatis que suele alterar el transporte de los gametos (óvulo y el espermatozoide), y obstaculizar el traslado del óvulo fecundado hasta el útero.
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La Clamidia es una enfermedad que puede prevenirse, tratarse en caso de presentarla, y no es un impedimento para tener un bebé. Sin embargo, es importante tratar la infección antes de comenzar un ciclo de Fecundación In Vitro.
Si has presentado esta enfermedad y quieres tener un bebé, pero aún no lo has logrado, podemos ayudarte. Acércate aquí y cuéntanos más sobre ti, juntos encontraremos el mejor camino para que vivas tu maternidad tal y como te la imaginas.