Las vías seminales son los conductos por los que los espermatozoides se trasladan desde los testículos hasta el exterior del cuerpo. Si existe un proceso infeccioso en algún punto de este recorrido, los espermatozoides se ven obligados a atravesar la zona infectada, lo que puede dañarlos y afectar su capacidad para fertilizar al óvulo.
La mayor parte de las infecciones seminales pueden ser fácilmente tratadas y curadas con antibióticos. En caso de que la calidad de los espermatozoides sea insuficiente, la fertilización in vitro con micro inyección intracitoplasmática de espermatozoides (FIV+ICSI) es el tratamiento de elección para lograr el embarazo.
Las vías seminales son los conductos por los que los espermatozoides se trasladan desde los testículos hasta el exterior del cuerpo. Si existe un proceso infeccioso en algún punto de este recorrido, los espermatozoides se ven obligados a atravesar la zona infectada, lo que puede dañarlos y afectar su capacidad para fertilizar al óvulo.
Las infecciones seminales afectan la fertilidad en varias formas:
Debido a que las infecciones seminales pocas veces presentan síntomas, es común que éstas permanezcan largo tiempo sin ser identificadas y generen secuelas que pueden conducir a la infertilidad.
En algunos casos, las infecciones seminales pueden producir:
Si tienes cualquiera de estos síntomas debes dejar de tener relaciones sexuales y consultar a un médico de inmediato.
Las infecciones seminales pueden ser provocadas por la presencia de microorganismos dañinos en la próstata, las vesículas seminales, los conductos deferentes, el epidídimo y los testículos.
Dichos microorganismos suelen transmitirse durante las relaciones sexuales sin protección. Cualquier hombre sexualmente activo puede desarrollar una infección seminal, sin embargo, el riesgo es proporcional al número de parejas sexuales que tenga o haya tenido.
Además del análisis de tus antecedentes médicos y un examen genital que toma pocos minutos y no causa dolor, es necesario realizar un espermocultivo o control microbiológico del semen.
Las actuales técnicas microbiológicas de diagnóstico facilitan la detección de un gran número de gérmenes que afectan la calidad del semen y conducen a la infertilidad masculina, entre ellos, parásitos, bacterias y hongos.
Es importante que el diagnóstico sea realizado por un especialista experimentado, ya que existen numerosos tipos de infecciones seminales y cada una requiere un tratamiento específico.
Del mismo modo, es recomendable realizar un espermiograma o seminograma para descartar problemas de concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides.
En la mayoría de los casos, las infecciones seminales pueden ser fácilmente tratadas y curadas con antibióticos.
Los hombres infectados deben abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que ellos y sus parejas sexuales hayan sido tratados. De lo contrario, sufren un alto riesgo de volverse a infectar y experimentar complicaciones serias en su salud reproductiva. Para asegurarse de que la terapia haya sido efectiva, se recomienda hacer un control posterior.
En caso de que la calidad de los espermatozoides sea insuficiente, la fertilización in vitro con microinyección intracitoplasmática de espermatozoides (FIV+ICSI) es el tratamiento de elección para lograr el embarazo gracias a que hace posible inyectar un solo espermatozoide directamente en el citoplasma de un óvulo maduro mediante una aguja microscópica.
Si el paciente tiene una infección o se determina la presencia de leucocitos en el seminograma, éste debe someterse al tratamiento adecuado antes de iniciar un ciclo de fertilización in vitro.
Del mismo modo, es recomendable realizar una prueba de fragmentación del ADN espermático antes de comenzar cualquier tratamiento de reproducción asistida, ya que un alto índice de fragmentación podría afectar las tasas de éxito de estos procedimientos.