El 98 por ciento de los casos pueden ser tratados con éxito, si se realiza un diagnóstico correcto y oportuno.
Obtener un diagnóstico adecuado aumenta las probabilidades de tener un bebé en casa, ya que de esté dependerá el tratamiento adecuado para cada caso en particular. En Ingenes nuestro equipo de especialistas está capacitado para determinar las causas que provocan la infertilidad.
Las causas de la infertilidad pueden agruparse en cinco factores principales: factor ovulatorio, factor masculino, factor embrionario, factor tubárico y factor uterino.
Para empezar, es necesario saber que el embarazo es el resultado de un proceso reproductivo complejo que comprende diversos pasos:
Todos los factores que alteren este proceso se conocen como causas de la infertilidad y pueden agruparse en cinco apartados principales:
La ovulación es la fase más fértil del ciclo menstrual de la mujer debido a que, durante ésta, uno de sus ovarios libera un óvulo maduro que se traslada a través de las trompas de Falopio en dirección al útero para ser fertilizado por un espermatozoide.
Para que la ovulación tenga lugar es indispensable que el hipotálamo secrete hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), la cual actúa sobre la glándula hipófisis y estimula su producción de hormonas luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH). Mientras que la FSH estimula el crecimiento de un folículo (saco que contiene al óvulo), la LH provoca su rompimiento y la consecuente liberación del óvulo.
Además de inducir la ovulación, estas hormonas hacen que los ovarios secreten estrógeno y progesterona, esenciales para crear las condiciones necesarias para la fertilización y el desarrollo del embarazo.
Cualquier desequilibrio hormonal o desorden ovárico puede causar alteraciones en la ovulación, que son responsables de alrededor de 25 por ciento de los casos de infertilidad en la mujer.
Algunos de los principales trastornos ovulatorios son:
Cuando el óvulo es fertilizado por el espermatozoide, 23 cromosomas de la madre y 23 cromosomas del padre se unen para sumar los 46 cromosomas que forman cada célula del embrión.
A su vez, los cromosomas están formados por un número determinado de genes que, al igual que éstos, se ordenan en pares en los que un gen proviene del padre y el otro de la madre.
Las alteraciones genéticas pueden ser causadas tanto por problemas en los genes como en los cromosomas del embrión y en algunos casos provocan infertilidad o abortos recurrentes debido a que afectan su habilidad para desarrollarse e implantarse dentro del útero materno.
Algunos de los principales trastornos embrionarios son:
Alrededor de 25 por ciento de los casos de infertilidad femenina se debe a factores tubáricos. Las trompas de Falopio desempeñan una función crítica en el proceso reproductivo, ya que es dentro de ellas que tiene lugar la fertilización y son, además, el medio a través del cual el embrión recientemente formado es transportado al útero para su implantación y desarrollo.
Cualquier daño en las trompas de Falopio puede causar infertilidad al impedir el transporte y la unión de los gametos (óvulos y espermatozoides). Asimismo, imposibilita el traslado del óvulo fertilizado desde el ovario hasta el útero, por lo que aumenta el riesgo de embarazo ectópico.
Algunos de los principales trastornos de las trompas de Falopio son:
El útero es el mayor de los órganos del aparato reproductor femenino y su función principal es recibir, proteger y alimentar al embrión durante los 9 meses que dura la gestación.
Entre el 5 y el 12 por ciento de los casos de infertilidad tienen su origen en defectos del útero, que pueden interferir con la correcta implantación del embrión e impedir el desarrollo normal del embarazo.
Algunos de los principales trastornos del útero son:
Durante años se creyó que la responsable de la infertilidad era la mujer, sin embargo, hoy sabemos que un tercio de los casos de infertilidad proviene de causas masculinas, por lo que la evaluación conjunta de la pareja es fundamental para obtener un diagnóstico adecuado.
La infertilidad masculina puede relacionarse con un gran número de causas, sin embargo, la mayor parte de los casos se debe a problemas de concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides, que afectan su habilidad para fertilizar al óvulo y se pueden evaluar a través de un simple espermiograma o análisis de semen.
Según la Organización Mundial de la Salud, un hombre sano debe tener más de 20 millones de espermatozoides por mililitro de semen, de los cuales más de 50 por ciento debe moverse y más de 15 por ciento debe tener una forma normal.
Las causas más frecuentes de infertilidad masculina son:
A diferencia del hombre, que produce espermatozoides durante toda su vida, la mujer nace con alrededor de 1 millón de óvulos en sus ovarios y no genera óvulos nuevos. A partir de los 35 años la reserva ovárica de la mujer comienza a disminuir, y una vez que ésta llega a los 40 años los óvulos de mala cálidad suelen superar en número a los óvulos saludables, por lo que sus probabilidades de quedar embarazada se reducen significativamente.
La tasa de embarazo natural para las mujeres menores de treinta años es de 20 a 30 por ciento mensual, sin embargo, para los 40 años, la probabilidad de concebir disminuye a 5 por ciento.
En los hombres no hay una edad específica para que la fertilidad disminuya, sin embargo, los hombres mayores de 40 años pueden tener una mayor incidencia de alteraciones espermáticas que los hombres menores.