Mucha gente está familiarizada con la lucha contra el cáncer de mama, sin embargo, no mucha gente está consciente del impacto que este padecimiento puede tener en la salud reproductiva y viceversa, el efecto que nuestro historial reproductivo puede tener como factor de riesgo. Tengamos presente que los hombres también son propensos a desarrollar cáncer de mama, aunque en menor número de incidencias en contraste con las mujeres.
Existen diversos factores de propensión a desarrollar cáncer de mama, tanto controlables y no controlables:
La prolactina es una hormona presente en hombres y mujeres, está asociada con el desarrollo de las glándulas mamarias y la lactancia, sin embargo nuevos estudios sugieren que existe una relación entre la producción de prolactina y el desarrollo de cáncer de mama.
En Ingenes, parte de nuestro proceso de evaluación de la salud reproductiva de nuestras pacientes incluye una medición de los niveles de prolactina, ya que esta es también un indicador de fertilidad importante. Es bueno saber que esta hormona, por sí sola no constituye un diagnóstico definitivo, pero es un indicador relevante para comprender el estado de las reservas ováricas.
Es importante saber que la quimioterapia es un causante de infertilidad común, por lo que no es raro encontrarnos con pacientes y sobrevivientes de cáncer que desean aprender más sobre los distintos tratamiento y opciones de fertilidad, como la preservación de la fertilidad, que permite detener el reloj biológico al congelar los óvulos para poder utilizarse posteriormente.
Es recomendable realizar autoexploraciones rutinarias. De acuerdo con los manuales de autoexploración creados por el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), estos deben llevarse a cabo 7 días posteriores a la menstruación.
Es importante llevar a cabo esta inspección de forma rutinaria, para que al surgir alguna anomalía esta pueda ser detectada a la brevedad; y aunado a esto, es recomendable iniciar un chequeo anual por mastografía a los 40 años, pero si existe un antecedente familiar de padecimiento de cáncer de mama, en ese caso es recomendable iniciar a los 30 años de edad.