La azoospermia es la ausencia de espermatozoides en el líquido eyaculatorio del hombre y compromete la fertilidad.
La recuperación de espermatozoides mediante una aspiración de epidídimo o una biopsia testicular es parte del tratamiento de elección para lograr un bebé cuando se padece azoospermia.
La azoospermia es la ausencia de espermatozoides en el semen del hombre y afecta entre 10 y 15 por ciento de los hombres con padecimientos que afectan la fertilidad.
Esta condición se clasifica en:
La obstrucción o ausencia de los conductos espermáticos puede ser provocada por:
Por su parte, los problemas en la producción de espermatozoides pueden ser causados por:
Además del análisis de tus antecedentes médicos y un examen genital que toma pocos minutos y no causa dolor, la azoospermia puede diagnosticarse a través de un seminograma o análisis de semen.
Es recomendable que el hombre no haya eyaculado entre tres y cinco días antes del análisis, pero no durante más de siete.
En algunos casos debe realizarse un análisis de sangre para medir los niveles de hormona folículo estimulante (FSH), responsable de inducir a los testículos a que produzcan espermatozoides.
Altos niveles de FSH pueden indicar una baja producción de espermatozoides.
La recuperación de espermatozoides mediante una aspiración de epidídimo o una biopsia testicular es el tratamiento de fertilidad de elección para lograr un bebé cuando se padece azoospermia obstructiva.
Debido a que el número de espermatozoides recuperados suele ser relativamente bajo, es necesario combinar esta técnica con la microinyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), en la que basta un espermatozoide de buena www para fertilizar al óvulo en un laboratorio especializado.
Alrededor de la mitad de los casos de azoospermia secretora es posible encontrar espermatozoides durante una biopsia testicular. De lo contrario, la donación de semen es una excelente alternativa.
Los pacientes con azoospermia tienen una tasa más elevada de anomalías genéticas estructurales, por lo que el diagnóstico genético preimplantatorio (DGP) es recomendable.
Este método se usa en conjunto con ICSI y permite que sólo los embriones libres de anomalías genéticas y cromosómicas se transfieran al útero materno y aumenta significativamnete las probabilidades de implantación, de embarazo y de tener un bebé en casa.