A nivel mundial, casi 200 millones de personas enfrentan dificultades para concebir, según la OMS. En México, el 15% de las personas en edad fértil enfrenta problemas que comprometen su salud reproductiva.
Aunque en el 98% de estos casos existen alternativas y tratamientos de Reproducción Asistida que pueden ayudar, muchas personas no acuden a especialistas en Biología de la Reproducción Humana para recibir un diagnóstico adecuado y tratamiento personalizado. Es crucial buscar atención especializada para aumentar las posibilidades de éxito y lograr el sueño de tener un bebé, aprovechando las opciones avanzadas disponibles hoy en día.
Existen dos tipos principales de infertilidad: infertilidad primaria e infertilidad secundaria.
• Infertilidad primaria
Se refiere a la incapacidad de concebir después de un año de intentos sin éxito en parejas que nunca han logrado un embarazo. Es el tipo más comúnmente diagnosticado y puede deberse a una variedad de factores, como problemas de ovulación, baja calidad de esperma, o problemas con las trompas de Falopio.
• Infertilidad secundaria
Ocurre cuando una pareja que ya ha tenido un hijo enfrenta dificultades para concebir nuevamente. Aunque han logrado un embarazo en el pasado, pueden surgir nuevos problemas de salud reproductiva o cambios en las condiciones de fertilidad que dificultan la concepción.
Las causas comunes de infertilidad en mujeres incluyen trastornos ovulatorios, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y problemas de tiroides, que afectan la liberación de óvulos.
Además, las obstrucciones en las trompas de Falopio, a menudo causadas por infecciones o endometriosis, pueden impedir que el óvulo se encuentre con el espermatozoide. Las anomalías uterinas, como los fibromas, también pueden dificultar la implantación del embrión.
La edad es un factor significativo, ya que la fertilidad disminuye con el tiempo, especialmente después de los 35 años. Los problemas hormonales y las condiciones de salud subyacentes también contribuyen a la dificultad para concebir, haciendo necesario un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado.
Las causas comunes de infertilidad en hombres incluyen problemas con la producción y calidad del esperma, como una baja concentración de espermatozoides, motilidad reducida o anomalías en la forma de los espermatozoides.
Las infecciones, como las enfermedades de transmisión sexual, pueden dañar los conductos por donde pasa el esperma, mientras que condiciones como el varicocele, una hinchazón de las venas dentro del escroto, pueden afectar la producción de esperma. Los desequilibrios hormonales, el uso excesivo de alcohol, tabaco, y drogas, así como la exposición a toxinas ambientales, también pueden disminuir la fertilidad masculina.
El diagnóstico temprano es crucial para abordar estas causas y mejorar las posibilidades de concebir.